Falleció el sacerdote manzanareño Don Alfonso Cabezuelo Cano
Primera visita a nuestra Unidad de Acción Pastoral de Manzanares del nuevo obispo, don Abilio Martínez Varea
Al funeral, celebrado en el templo parroquial de la Asunción de Nuestra Señora, asistió una numerosa representación del presbiterio diocesano, incluyendo el diacono, Diego Plana Campos, quien estuvo ayudando al obispo en el altar y leyó el evangelio.
Además, hubo una importante representación de los fieles de nuestra ciudad, familiares, amigos, y un buen número de feligreses de las Parroquias por las que ha discurrido toda la vida sacerdotal de don Alfonso.
Tras recibir nuestro obispo y nuestro párroco el féretro, a la entrada del templo, tuvo lugar una breve oración y se dirigieron en procesión hasta el altar, a cuyos pies se revistió el ataúd con las vestiduras sacerdotales del difunto sacerdote y con un evangeliario, simbolizando su ministerio sacerdotal.
Ya en su homilía, don Abilio, dio gracias a Dios por la vida y entrega de don Alfonso por el pueblo de Dios y recordó que pasó por las Parroquias de San Lorenzo de Calatrava y Huertezuelas, Santa María, de Daimiel, delegado diocesano de Pastoral Vocacional y parroquia de San Pedro, de Ciudad Real hasta el año 2023, cuando se jubiló.
Refiriéndose a las lecturas de la misa, dijo que aquellos que miramos a Cristo en la cruz, nuestra vida es eterna y habló de signos de esperanza, haciendo mención a los últimos números de la bula “La esperanza no defrauda”, de este año jubilar, dedicados al cielo, el juicio de Dios y la vida eterna, dijo que todo el que crea en ella, tendrá la esperanza de vivir con Cristo, felizmente en Dios. Dijo que, el cuerpo presente de don Alfonso, al que despedíamos, era un canto a la esperanza, porque morimos al tiempo y el espacio, pero resucitamos a la vida eterna con Cristo. Y es que, la esperanza es el ancla de la vida humana y cristiana, como se cita en el capítulo 6 de la Carta a los Hebreos. Es el ancla que usamos en medio de los problemas y dificultades de la vida, para superarlos con Cristo, que ha muerto y resucitado. Hizo mención a los tres sacerdotes fallecidos recientemente de nuestro presbiterio diocesano y rogó que pidiéramos por nuestros seminaristas y por las vocaciones e hizo mención a la santidad, que consiste en la entrega total en el estado de vida en que se encuentre cada uno, afirmando que los sacerdotes son necesarios para anunciar, celebrar y poner en práctica el reino de Dios, terminando encomendándose a la Virgen María, madre de los sacerdotes.
Necrológica
El martes, 21 de octubre, falleció en Miguelturra el sacerdote diocesano don Alfonso Cabezuelo Cano, a los 79 años de edad, quien nació en Manzanares en 1946 e ingresó al Seminario Diocesano en 1965. Fue ordenado sacerdote en Ciudad Real en 1974. El 10 de mayo de 2024, día de san Juan de Ávila, fue homenajeado, junto a otros sacerdotes que, como él, celebraban sus bodas de oro sacerdotales. Aquel día, el obispo, don Gerardo Melgar, en presencia de más de noventa sacerdotes para la eucaristía, durante la que se homenajeó a los sacerdotes que celebraban veinticinco, cincuenta y sesenta años desde la ordenación sacerdotal, los felicitó agradeciendo la fidelidad al ministerio y pidiendo para que «el Señor los siguiera ayudando, para seguir siendo un vivo testimonio de fidelidad, de entrega y de generosidad para todos y cada uno de los demás sacerdotes». Y concluyo diciendo: «Gracias, Señor, por el gran regalo del sacerdocio, por habernos llamado, por habernos mantenido a pesar de nuestras debilidades, de nuestras necesidades y de nuestros tropiezos».
Encomendemos en nuestras oraciones el alma de nuestro hermano Alfonso Cabezuelo Cano, para que el Señor lo acoja a su lado y le conceda la vida sin fin, como digno hijo suyo que siempre ha sido, sirviéndolo de por vida, en la persona de su Iglesia Universal y de los fieles que le fueron confiados en los diferentes lugares por los que caminó.
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